sábado, 14 de noviembre de 2009

Toubkal, Alto Atlas, Marruecos
















Siguiendo con la buena racha de picos conquistados en España, nos atrevimos esta vez con un cuatromil: el Toubkal. Tomamos un avión a Marrakech. En hora y media llegamos al aeropuerto donde nos esperaba el chófer contratado con un minibus que nos llevó directos a Imlil. La casa de huéspedes, anexo al refugio de "Les Mouflons" era de lo más lujoso del pueblo. La baja temperatura ya se dejaba notar en contraste con la capital. Repartimos lápices y bolígrafos entre los agradecidos niños del poblado. Trás una copiosa cena (sopa y tagine) nos fuimos a dormir. Al dia siguiente el mulero nos esperaba para cargar las 7 grandes mochilas hasta el refugio a 3.200 mts. Pasamos por Aremd y Sidi Chamharouch. Por fin llegamos, tras 4 horas y pico de caminata. Nos decepcionó un poco la comida. El refugio es muy frio y no conectan la luz (producida por placas solares) hasta que oscurece totalmente. Cenamos a las 19:00 horas y nos acostamos. A las 22:00 apagan las luces. A las 06:30 sirven el desayuno y a las 07:00, al rayar el alba partimos hacia la cima, después de una noche en vela (fenómeno que achacamos a la altitud). La temperatura por debajo de 0º no nos amedrentó. Más nos preocupaba el fantasma del "mal de altura", pero poco a poco ibamos ascendiendo y en dos horas y media alcanzamos la cumbre a 4.167 mts. disipando las dudas sobre nuestras capacidades. Tras la ingestión de alimentos energéticos y la sesión de fotos llegaron las féminas ¡ como unas campeonas ! La bajada fué cuestión de 1 hora y media hasta el refugio, donde después de comer reemprendimos camino rumbo a Aremd donde nos esperaba nuestro conductor con un Toyota de 7 plazas. A las 20:00 ya estabamos en Marrakech, nos alojamos en el hotel Ali, junto a la Medina Djemaa El Fna. De noche la plaza bulle en pleno apogeo. Al dia siguiente, además de las compras por el Zoco vale la pena pasear y fotografiar las laberínticas callejuelas, los escaparates, los arcos, las mezquitas, las herboristerias, los encantadores de serpientes y variopintos personajes. Por la noche se puede cenar en las muchas terrazas de los restaurantes desde donde contemplar la Medina. Un apunte: solo encontraréis cerveza en el "Gran Hotel Tazi". Seguro que volveremos a Marruecos para otra aventura por el desierto.

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