En esta ocasión nos dirigimos a Jávea. La ruta elegida fué la "dels Molins". Estos molinos se construyeron entre los siglos XIV y XVIII y sirvieron para moler el trigo hasta el siglo XIX. Algunos de ellos están remodelados y forman parte de unos chalets. Seguidamente nos fuimos en busca del agua. Tras un senderito con matorrales y algunos pinos, llegamos al barranco de acceso a la Cova Tallada (cueva originariamente natural, que fué tallada para la extracción de piedra arenisca, "tosca" para levantar por ejemplo el castillo de Denia). Algunas cadenas a modo de pasamanos nos ayudan en los tramos más difíciles. Ya divisamos el mar y pronto la cueva, de proporciones gigantescas. Los juegos de luces son espectaculares y ofrece buenas posibilidades con una cámara de fotos. Tras un bañito con gafas y tubo, donde vimos sargos, obladas y salpas, ascendimos el barranco y nos fuimos a comer a un restaurante junto a la carreterita de acceso a la "Cova" con piscina, lugar perfecto para refrescarnos de nuevo y quitarnos la sal.
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