Se trata de un pequeño pueblo con solo unas casitas y su hermita. Junto a él, un camping naturista con una calita paradisíaca. La noche de San Juan (23 de junio) se enciende una hoguera en la playa, una orquesta ameniza la velada. El baño se hace imprescindible con el calor de la pira. Los montes circundantes ofrecen vistas espectaculares de los acantilados, de la isla de las Palomas, de los grandes cargueros que esperan en la ensenada para atracar en Cartagena. Y si seguimos un PR apenas marcado llegaremos tras 2 horas a una cala solo accesible por mar. Junto a ella, la cueva submarina de "La Virgen".
sábado, 27 de junio de 2009
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