Subiendo desde la playa del Albir, llegamos al aparcamiento donde comienza el sendero asfaltado, apto para todos los públicos. Pasamos un túnel y pronto vimos la silueta del faro. Ibamos en busca de un supuesto sendero que recorría todas las calas, pero los cortados son tales que impiden cualquier paso por la zona costera. Bajamos, eso sí hasta el mar por una senda de pescadores hasta divisar la enorme roca con forma de elefante que da nombre a la famosa cueva submarina, cuya entrada a -8 mts de profundidad y posterior sifón da acceso a una bóveda con burbuja de aire. Desde arriba vimos un pez-luna tomando el sol panza arriba en superficie. Retomamos el camino del faro para volver a bajar a una calita, no sin antes visitar una antigua mina de ocre.
martes, 26 de mayo de 2009
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